La histórica movilización que data del 81, esta vez reunió a los participantes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, pero también a las organizaciones del kirchnerismo. En 2016 habian marchado separados.
La edición 28 de la histórica Marcha de la Resistencia, que organiza la Asociación Madres de Plaza de Mayo desde 1981, combinó la masiva afluencia de organizaciones de derechos humanos y partidos de izquierda, con la presencia un inesperado aluvión de militantes del kirchnerismo, a partir de la convocatoria que hizo Unidad Ciudadana, luego del fallo del juez federalClaudio Bonadío que ordenó la detención de Carlos Zannini, Héctor Timmerman, Luis D´Elía, Fernando Esteche,Jorge Alejandro «Yussuf» Khalil y de la senadora y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para quien el magistrado solicitó su desafuero para apresarla.
El impacto de la noticia, que estalló desde la mañana de este jueves, puso a prueba los reflejos de UC, cuyos principales dirigentes convocaron a una “marcha contra la persecución política”, que se acopló a la marcha organizada esta vez por las dos organizaciones de Madres junto a Abuelas. La foto política de la movilización, poco después del crepúsculo, mostró un inesperado marco de unidad entre los históricos protagonistas de la marcha de la Resistencia, con las organizaciones que se referencian en el kirchnerismo. Hace un año atrás, en la edición 27 de esa marcha, hubo dos ediciones paralelas, protagonizadas por los dos sectores que esta vez confluyeron juntos en la Plaza de Mayo.
Como todos los años, la movilización incluye 24 horas de marcha continuada alrededor de la Pirámide de Mayo y en esta oportunidad, el epicentro del inicio estuvo dedicado a conmemorar a las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo que junto a los miembros del «grupo de la iglesia Santa Cruz» fueron secuestrados, torturados y arrojados vivos al mar en 1977. Fue uno de los momentos con mayor valor simbólico de la histórica marcha, porque se cumplieron 40 años de las desapariciones de Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga, Mary Bianco; las monjas francesas Alice Domon yLeonie Duquet y el grupo de familiares de la Iglesia, que cayeron a manos de un grupo de tareas encabezado por Alfredo Astiz.
La convocatoria de este año fue bajo el lema: «La falta de trabajo es un crimen que alguien debe pagar», con el objetivo de «reeditar la exigencia de Memoria, Verdad y Justicia por nuestros 30.000 detenidos desaparecidos» y «ante el avance de la represión con desaparición forzada seguida de muerte deSantiago Maldonado y la ejecución extrajudicial de Rafael Nahuel».
Tras el acto para abrir la marcha continuada, comenzaron a llegar las columnas de las dos CTA, de ATE, de la CTEP y también del PTS, MAS, MST, Partico Comunista, La Cámpora, Peronismo Militante y la Tupac Amaru. Se trata de organizaciones que el año pasado habían marchado por separado durante la edición anterior de la movilización, y esta vez compartieron el mismo espacio común, en un escenario poblado por los históricos participantes de la movilización, que cargan varias experiencias sobre sus espaldas, y cientos de jóvenes, que emergieron en columnas embanderadas en espacios del kirchnerismo, pero también de la izquierda trotskista y comunista.
Ante el aniversario del secuestro en la Iglesia de la Santa Cruz, los principales organismos dieron un marco de unidad que incluyó a las dos organizaciones de Madres de Plaza de Mayo, a Abuelas de Plaza de Mayo, a la Agrupación HIJOS, a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y a los demás organismos de relevancia nacional dentro el Espacio Memoria, Verdad y Justicia.
Tras el homenaje, que tuvo entre sus protagonistas, a la titular de Abuelas,Estela de Carlotto, la Plaza de Mayo comenzó a poblarse de cantos contra el juez Bonadío y la administración del presidente Macri. Entre las columnas se pudo divisar a los diputados electos Agustín Rossi, Fernando Espinoza, Daniel Filmus y el excanciller Jorge Taiana, que recibían muestras de afecto del público. A sus espaldas también se podían escuchar cantos como “Bonadio la c… de tu madre, Cristina es del pueblo y no la toca nadie», «Vamos a volver» y «Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar».
Entre las columnas de los partidos que integran el FIT (Frente de Izquierda), estaban la nueva legisladora porteña Myriam Bergman, la abogada María del Carmen Verdú, de CORREPI y la organización Venceremos, y Manuela Castañeira del Nuevo MAS, entre otros dirigentes.