PEDIDO DE JUSTICIA POR LA MUERTE DE NOA

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Necochea.- El Frente Popular Darìo Santillán de Necochea dio a conocer un comunicado de prensa para difundir las actividades que realizarán para pedir el esclarecimiento de la muerte del joven de 20 años, Michel Alberto “Noa” Suárez.
“Ya pasaron dos meses. Volvemos a pronunciarnos y responsabilizamos al accionar policial por la muerte de un pibe de nuestros barrios, ya pasó la feria judicial y ahora exigimos que se avance en el esclarecimiento del hecho. No olvidamos, no podemos dejar que la policía siga actuando impunemente y se cargue la vida de nuestros/as pibes/as. Exigimos que se avance con la investigación y se castigue a los culpables”.

Por todo esto, el viernes 6 de febrero convocamos a una marcha a las 17:30hs en la fiscalía (75 entre 8 y 10, Necochea) para luego terminar en un festival antirrepresivo en el Museo Histórico Regional (10 y 93).

A CONTINUACIÒN REPRODUCIMOS EL COMUNICADO ELABORADO AL MES DE LA MUERTE DE NOA

Por Noa y todos: Fuera la policía de nuestros barrios
Nuevamente la policía es responsable de la muerte de un pibe de nuestros barrios, esta vez le tocó a Michel Suárez.
El 6 de diciembre de 2014, Noa, como le decían sus familiares y amigos, apareció muerto en la comisaría 2da de Quequén. Había sido aprehendido horas antes, tras ser inmediatamente señalado como responsable de los daños ocasionados sobre la vidriera de un local del Partido Fe, encabezado por Gerónimo “Momo” Venegas. Existen muy pocos datos concretos sobre el caso, datos que se contradicen y que no logran concordar con los hechos… evidentemente algo huele mal en Necochea y debe remarcarse que la Policía otra vez está involucrada.
La explicación oficial que da la policía es que Noa se suicidó colgándose con los cordones de la malla dentro del “locutorio” de la dependencia policial. Hipótesis que claramente deja muchos baches: ¿no es de rutina sacar los cordones a los aprehendidos? ¿Qué hacía Noa en el “locutorio”, cuando el procedimiento que conllevaba su aprehensión no ameritaba que fuera retenido allí? ¿Dónde estaba la persona que tenía la función de controlarlo? Sumado a estos interrogantes, se plantea que la contextura física de Noa y la altura de donde supuestamente se colgó, no concuerdan con la posibilidad de un deceso producto de asfixia por rotura de cervicales. Además, el cuerpo de Noa fue entregado a su familia con varios golpes (se puede observar un desplazamiento de cráneo en la altura del ojo derecho y diversas contusiones en el resto del cuerpo, lesiones claramente visibles en el testimonio filmo gráfico presentado por la familia), ¿Los mismos fueron anteriores a la muerte de Noa? ¿En qué circunstancias se produjeron?
Hasta ahora no existe ninguna explicación oficial, sólo el comisario Guillermo Farías, responsable del lugar del hecho, se refirió a la causa y descartó la existencia de golpes por no encontrarse reflejados en la autopsia que, por cierto, es de dudosa profesionalidad. Son muchos los puntos flacos y ante esta versión, que podemos presentar como ingenua, la policía sin embargo no queda exenta de responsabilidad: un pibe más se murió bajo supervisión policial.
Considerando los hechos ya descriptos, creemos que se abren dos posibilidades, ninguna descartada ni confirmada por el momento: La primera es que las lesiones podrían haber sido producto del accionar de los funcionarios (cabe destacar que la comisaría 2da de Quequén cuenta con un grave prontuario que incluye antecedentes de violencia institucional). Ahora, si por el contrario Noa ingresó a la comisaría con las heridas provocadas con anterioridad, esto convierte a la policía en cómplice, la pregunta es de quién.
Por otro lado, el procedimiento judicial deja mucho que desear. Hasta ahora, el accionar de la Fiscalía en lugar de apuntar a esclarecer el hecho, ha generado muchas dudas en cuanto a su intencionalidad. La primera irregularidad radica en que la encargada de realizar la investigación de la causa de muerte y de recolectar pruebas en el lugar del hecho fue la propia policía, parte implicada en la muerte de Noa y que, por lo tanto, debería haber sido desplazada de esta función. La segunda irregularidad consiste en la poca disposición judicial para cooperar con la familia de Noa, negándole el acceso a la causa, y llevándolos al desconocimiento de las pruebas con las que se cuenta y del estado del expediente.