Necochea.- Opinión.– Estamos ante un nuevo intento de frenar la información de los hechos que ocurren en nuestra comunidad. Un nuevo caso de censura de prensa, esta vez por el tema de la contaminación por derrame de veneno en la red cloacal, en el Barrio Puerto de Quequèn, cuya responsabilidad recae sobre la empresa Shipinsuarence S.A., a cargo de Fernando Cañada.
El periodista Alfredo Barros, del portal de noticias www.lanuevacomuna.com, cubrió este trágico episodio en el lugar, con información, entrevistas, fotos y notas de opinión, en la cual vincula a Cañada con el dirigente del Partido Fe, Gerònimo Venegas, en virtud de la amistad que ambos profesan.
Venegas le envió una carta documento al periodista Barros, a través de su apoderado, Dr. Julio Razona. Acaso este sea un nuevo mensaje para que los periodistas publiquemos que todos somos altos, rubios y de ojos celestes, que está todo bien, que nadie incumple con las normas, que nadie atenta contra la salud de las personas hasta cuando están adentro de su casa durmiendo. Acaso no nos deba extrañar que a 16 días de la tragedia que dejó como saldo la muerte de Melisa Ortiz y once vecinos internados con las consecuencias que aun no conocemos, los responsables no hayan sido citados por la justicia.
Acaso sea esto lo que debamos callar, acaso sea este el motivo de la carta documento, de otra manera no se explica la actitud de Gerònimo Venegas, quien podría haber llamado a Barros y pedir su derecho a réplica, que sin dudas lo hubiera ejercido.
Parece que después de tantos años de democracia, hay quienes la quieren moldear a su imagen y semejanza y no dudan en poner un límite a las libertades de los demás, cuando no conviene a sus propios intereses.
Solo espero que dejen de acecharnos, que respetemos todos las reglas del juego, si hay que rectificarse, si hay que disculparse, que se haga lo debido, pero por favor, basta de violentar la libertad de prensa, porque esta actitud autoritaria solo nos conduce a la oscuridad.
