Por Alejandro Sánchez Necochea.- Desde el pasado miércoles el transporte público de pasajeros no funciona en nuestra ciudad y Quequén debido a un paro en reclamo del pago completo de los salarios de los trabajadores y de un bono de $17.000. Más allá que se abonaron los salarios, la falta de certeza de la fecha de pago de los otros compromisos, hacen que se mantenga la medida de fuerza. Por lo cual ya son cinco los días sin colectivos con todas las dificultades que eso atraviesa. Ante esta situación las empresas salieron a pedir que les autorice un nuevo aumento (el último fue dado el 3 de junio que llevó el valor del boleto a $35 y a $39 a fin de año), ahora solicitan que el valor sea de $80 y que el mismo sea escalonado para llegar a junio de 2022 a $150 el valor del boleto plano. Esto fue presentado en la reunión del pasado viernes a los concejales, que son quienes deben definir la tarifa, aduciendo -la empresa- que en la actual situación no están en condiciones de afrontar el pago de salarios. Tras ese primer encuentro a nadie en el Concejo Deliberante le quedó la duda que las diferencias entre representantes de las empresas y del gremio UTA (representan a los choferes de colectivos) en dicha reunión, era lo más parecido a un acting, cual “Bailando por un sueño”, que a una disputa real, como han ocurrido en otros momentos. Al otro día (el sábado) se produjo otra reunión en el Concejo, entre los ediles y las empresas, en ese mismo momento al paro se le sumó una movilización de la UTA, con quema de gomas, colectivos cortando el paso y corte en la calle 56. Lo que resultó extraño fue la rapidez con la que levantaron “el acampe” cuando los representantes de las empresas de colectivos fueron a informarles a los trabajadores y gremialistas lo sucedido en la reunión, aunque no hubo una respuesta concreta por parte de los ediles. Es más, hubo dos posturas con respecto al valor del aumento (una de $60 y otra a $50) y recién eso se definirá en la sesión del próximo jueves. Por lo cual el paro continúa. Mientras tanto es necesario preguntarse, si alguien piensa en el usuario, que es el que realmente está siendo perjudicado dado que no puede trasladarse. ¿Alguien piensa en ese trabajador o trabajadora, alumno o alumna, docentes o quienes deben trasladarse por equis causa. Alguien piensa que no todos pueden tomar uno o dos remises o taxis por día?. Hasta ahora parece que no. Y a las claras está como viene la mano y cómo se está utilizando al usuario de rehén. No hay que olvidarse que este usuario es el que permite que funcione el servicio, por eso es necesario que al menos alguien en este berenjenal piense en él.