Militantes, simpatizantes y adherentes del Frente para la Victoria, colmaron ayer la histórica Plaza de Mayo, para despedir a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el último día de su mandato. Fue un acto lleno de fervor y con toda la liturgia que caracteriza al espacio político que gobernó a la República Argentina, durante 12 años y medio.
Cerca de las 19, Cristina descubrió un busto del ex presidente Néstor Kirchner en una ceremonia que se llevó a cabo en el interior de la Casa Rosada y que fue seguida por la multitud desde pantallas gigantes instaladas junto a un palco que se ubicó sobre la calle Balcarce.
«Néstor fue uno de los presidentes que menos votos había recibido y sin embargo construyó una Argentina desde la ruinas que había recibido», evocó Cristina al hablar desde el Salón de los Bustos.
La mandataria aprovechó la presencia del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, para recordar durante varios pasajes de su alocución la orientación latinoamericanista que tuvo la gestión kirchnerista.
Una vez en la Plaza y con el retumbar de los bombos y repiqueteo de los redoblantes, Cristina instó a los presentes a «defender derechos» y le recordó que «la historia no se escribe con regla escuadra y compás».
Cristina agradeció la ayuda que a lo largo de su gestión le brindaron gobernadores, intendentes y funcionarios, y reconoció la figura del saliente mandatario bonaerense Daniel Scioli, quien resultó reconocido con un cerrado aplauso.
«Reconozco a todos los que bancaron. Pero la tarea sigue, porque el lugar de un militante no es un gobierno; está junto al pueblo», remarcó Cristina en uno de los pasajes más celebrados.